Corto plazo: Las
establecemos para lograrlas entre 1 semana y 1 mes.
Son todas aquellas que de forma inmediata puedes iniciar y
que incluso en 7 días puedes realizar. Suelo recomendar encarecidamente las
metas semanales porque te dan un empujón motivacional muy importante. En sólo 1
semana puedes tratar de implantar un hábito nuevo en tu vida o cualquier otra
meta que, aunque sencilla te pueda abrir posibilidades y servir de estímulo
para metas mayores.
Ejemplos: Leer un libro, dominar un programa informático,
realizar una tabla de gimnasia, hacer una dieta, etc.
Obviamente también sirven como escalones para subir a las
metas mayores, como parte de una estrategia de planificación
Medio plazo: Entre 1
mes a 1 año.
Ya requieren mayor planificación y organización a
emprender, ya sea simplemente para ejecutar o para adquirir conocimientos,
destrezas y habilidades que necesitas y de las que posiblemente carezcas hoy.
Este tipo de metas deben seguirse con un check-list o método
de comprobación para asegurarte que sigues el plan de ruta.
Ejemplos: Iniciar un negocio, escribir un libro, dominar un
nuevo hobby, etc.
Largo plazo: De
1 año en adelante.
Estas metas son altamente motivadoras y muchas de ellas son
vistas como simples sueños o deseos por parte de quien no tiene el hábito del
establecimiento de metas.
Conseguirlas implica tu máximo compromiso y el seguir los
pasos intermedios que de forma progresiva te acercan a ellas.
Ejemplos: Finalizar una carrera universitaria, logra
libertad financiera o ahorrar para comprar un coche al contado.
Recuerda la importancia de la fijación de metas y del plan
de acción en todos tus propósitos, porque si no lo haces seguirán siendo
simples sueños sin cumplir.
By: Cadena Hernández sulamita
Amairani
López Hernández Sandra
Ochoa Rodríguez Isaura
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