La evaluación inicial es la actividad de valoración que permite recoger información acerca de qué es lo que sabe el alumnado y cuál es el desarrollo de sus capacidades en un determinado ámbito de conocimiento del que se quiere iniciar un nuevo aprendizaje. Generalmente se realizan evaluaciones iniciales al empezar el curso, al comenzar una unidad temática o antes de llevar a término un aprendizaje que implica cierto grado de dificultad. Por lo común, el docente se sirve de la evaluación inicial en aquellos casos en que desconoce el punto de partida de lo que saben sus alumnos en relación con un contenido concreto del cual se ha de iniciar una actividad de enseñanza-aprendizaje. Pero hay, además, otro aspecto importante. A partir de los datos obtenidos en la evaluación inicial es más fácil detectar el nivel de crecimiento personal del alumno y del grupo.
La evaluación inicial puede ser realizada a partir de unas preguntas orales.
La evaluación formativa, también denominada procesal, es aquella que permite seguir el ritmo de aprendizaje del alumnado a fin de proporcionarle, si es necesario, la asistencia pedagógica que precisa. Se concreta en la práctica educativa en el análisis de los datos obtenidos por la observación sistemática o por técnicas elaboradas con criterios y planteamientos determinados que permiten incidir en el desarrollo de las capacidades del estudiante a través de orientaciones, explicaciones específicas o reconducciones en una actividad. En este proceso se detectan normalmente las dificultades que le surgen al alumnado, los aspectos que le resultan más fáciles, quiénes tienen un mayor interés, el ritmo de aprendizaje, los estilos específicos de aprender y otros aspectos.
Por medio de la evaluación formativa también se detectan aspectos propios del desarrollo personal del alumno, la cooperación, la organización en el trabajo, la apatía, el individualismo.
La evaluación sumativa permite detectar si el alumno ha aprendido, a conseguido las intenciones educativas planteadas para un periodo de tiempo previsto durante el cual se debían llevar a cabo los aprendizajes. Con este tipo de evaluación se constata la consecución de capacidades, de conceptos, de determinadas habilidades que habían propuesto los objetivos e intenciones educativas del centro, ya sea en una unidad temática en un periodo de tiempo (una semana, un mes, un trimestre) o en un curso, un ciclo o un nivel. La evaluación sumativa implica, además, el análisis del proceso de enseñanza-aprendizaje desde su inicio (nivel, etapa, curso, unidad temática).
Este tipo de evaluación, al igual que las anteriores, utiliza diferentes técnicas para poder detectar el nivel de los aprendizajes. Son frecuentes las técnicas orales, escritas, manuales o dinámicas que se presentan en forma de cuestionarios, reflexiones y comentarios, coloquios de discusión, ejercicios manuales y otros.
By: Cadena Hernández Sulamita
Ochoa Rodríguez Isaura