martes, 2 de abril de 2019

MOMENTOS DE LA EVALUACION



La evaluación inicial es la actividad de valoración que permite recoger información acerca de qué es lo que sabe el alumnado y cuál es el desarrollo de sus capacidades en un determinado ámbito de conocimiento del que se quiere iniciar un nuevo aprendizaje. Generalmente se realizan evaluaciones iniciales al empezar el curso, al comenzar una unidad temática o antes de llevar a término un aprendizaje que implica cierto grado de dificultad. Por lo común, el docente se sirve de la evaluación inicial en aquellos casos en que desconoce el punto de partida de lo que saben sus alumnos en relación con un contenido concreto del cual se ha de iniciar una actividad de enseñanza-aprendizaje. Pero hay, además, otro aspecto importante. A partir de los datos obtenidos en la evaluación inicial es más fácil detectar el nivel de crecimiento personal del alumno y del grupo.

La evaluación inicial puede ser realizada a partir de unas preguntas orales.


La evaluación formativa, también denominada procesal, es aquella que permite seguir el ritmo de aprendizaje del alumnado a fin de proporcionarle, si es necesario, la asistencia pedagógica que precisa. Se concreta en la práctica educativa en el análisis de los datos obtenidos por la observación sistemática o por técnicas elaboradas con criterios y planteamientos determinados que permiten incidir en el desarrollo de las capacidades del estudiante a través de orientaciones, explicaciones específicas o reconducciones en una actividad. En este proceso se detectan normalmente las dificultades que le surgen al alumnado, los aspectos que le resultan más fáciles, quiénes tienen un mayor interés, el ritmo de aprendizaje, los estilos específicos de aprender y otros aspectos.

Por medio de la evaluación formativa también se detectan aspectos propios del desarrollo personal del alumno, la cooperación, la organización en el trabajo, la apatía, el individualismo.


La evaluación sumativa permite detectar si el alumno ha aprendido, a conseguido las intenciones educativas planteadas para un periodo de tiempo previsto durante el cual se debían llevar a cabo los aprendizajes. Con este tipo de evaluación se constata la consecución de capacidades, de conceptos, de determinadas habilidades que habían propuesto los objetivos e intenciones educativas del centro, ya sea en una unidad temática en un periodo de tiempo (una semana, un mes, un trimestre) o en un curso, un ciclo o un nivel. La evaluación sumativa implica, además, el análisis del proceso de enseñanza-aprendizaje desde su inicio (nivel, etapa, curso, unidad temática).


Este tipo de evaluación, al igual que las anteriores, utiliza diferentes técnicas para poder detectar el nivel de los aprendizajes. Son frecuentes las técnicas orales, escritas, manuales o dinámicas que se presentan en forma de cuestionarios, reflexiones y comentarios, coloquios de discusión, ejercicios manuales y otros.




By: Cadena Hernández Sulamita
       Ochoa Rodríguez Isaura


TIPOS DE EVALUACIÓN


Evaluación diagnóstica o pre-evaluación
Antes de crear la instrucción, es necesario saber para qué tipo de estudiantes estás creando la instrucción. Tu objetivo es conocer las fortalezas y debilidades de tus estudiantes y las habilidades y conocimiento que poseen antes de recibir la instrucción. Basado en la información que recolectes, puedes crear tu instrucción.
Evaluación formativa
La evaluación formativa es usada en el primer intento de desarrollar la instrucción. El objetivo es monitorear el aprendizaje del estudiante para proporcionar retroalimentación. Ayuda a identificar las primeras brechas en tu instrucción. Basado en esta retroalimentación, sabrás en dónde enfocarte para obtener más expansión de tu instrucción.
Evaluación sumativa
La evaluación sumativa apunta a valorar el alcance al cual han llegado los resultados más importantes al final de la instrucción. Pero mide más: la efectividad del aprendizaje, las reacciones acerca de la instrucción y los beneficios de una base a largo plazo. Los beneficios a largo plazo pueden ser determinados por los siguientes estudiantes que asisten a tu curso o prueba. Puedes ver si y cómo usan el conocimiento aprendido, habilidades y actitudes. 
Leer más acerca de evaluaciones formativas y sumativas.
Evaluación Confirmativa
Cuando tu instrucción ha sido implementada en tu aula, es aun necesario tomar una evaluación. Tu objetivo con las evaluaciones confirmativas es averiguar si la instrucción todavía es exitosa luego de un año, por ejemplo, y si la manera en la que estás enseñando todavía es apropiada. Podrías decir que una evaluación confirmativa es una extensión de una evaluación sumativa. 
Evaluación referenciada en la norma
Esto compara el rendimiento de un estudiante con el del aula promedio. Esto podría ser la norma promedio nacional para la materia Historia, por ejemplo. Otro ejemplo es cuando el docente compara la calificación promedio de sus estudiantes con la calificación promedio de toda la escuela.
Evaluación referenciada en el criterio
Mide los rendimientos del estudiante con un grupo establecido de criterios predeterminados o estándares de aprendizaje. Chequea lo que se espera que sepan los estudiantes y sean capaces de hacer en una etapa específica de su educación. Las pruebas referenciadas en el criterio son usadas para evaluar un cuerpo de conocimiento específico o un grupo de habilidades, es una prueba para evaluar el currículum enseñado en un curso.
Evaluación ipsativa
Mide el rendimiento de un estudiante con los rendimientos previos de ese estudiante. Con este método estás intentando mejorarte a ti mism@ al comparar resultados previos. No estás comparándote con otros estudiantes, lo cual puede no ser tan bueno para la confianza en ti mismo

https://www.onlineassessmenttool.com/es/ayuda/centro-de-conocimiento-evaluaciones/cuales-son-los-tipos-de-evaluacion/item10637


By: Cadena Hernández Sulamita
       Ochoa Rodríguez Isaura

FORMACIÓN DOCENTE


En la actualidad toda la formación de docentes para los niveles inicial, primario (educación general básica) y medio o polimodal se encuentra bajo la responsabilidad de institutos de formación docente de las distintas provincias y carreras de profesorados de las Universidades (estas últimas principalmente para el nivel medio). No debemos olvidar que la transformacion de la formación docente está basada en recomendaciones internacionales (UNESCO/OIT, 1966, art. 14) que sugieren una formación de nivel secundario como requisito para acceder a los estudios de magisterio, con el objetivo de profesionalizar el desempeño docente: alargar la formación como base para el logro de la profesionalización. Inclusive se dio la discusión acerca de llevar la formación de docentes de nivel primario hasta 4 o 5 años, como cualquier otra carrera universitaria. Hoy parecería que hay una vuelta al pasado en las sugerencias de las agencias internacionales: están sugiriendo reducir la formación inicial de los maestros y favorecer las instancias de formación en servicio.
“En vez de concentrarse en una larga formación académica, el proceso de formación docente debería contemplar una preparación pedagógica más breve, combinada desde el inicio con prácticas directas, en la que el alumno-maestro vaya asumiendo responsabilidades crecientes... Esto significa que, al contrario de la práctica prevaleciente, la formación continua, a lo largo de la vida profesional, tendría mayor preponderancia que la formación inicial” (CEPAL/UNESCO, 1992 :184).
Schiefelbein y Tedesco tratan de entender esta vuelta a una formación inicial más breve, y la justifican en que “existe una fundada presunción acerca del escaso impacto que ha tenido la elevación formal del nivel de estudios de los docentes en los resultados del aprendizaje” (Schiefelbein y Tedesco, 1995 :99).
Esta tendencia a reducir la formación inicial y priorizar la formación en servicio aparece como contradictoria respecto de la idea de profesionalización de los docentes. Si lo que se pretende es que los docentes sean profesionales, con sólidos conocimientos teóricos y prácticos, y por otra parte se limita su formación inicial, difícilmente se pueda concretar tal ambición. Esto significa desconocer la impronta de los estudios iniciales de grado, que serán los que posibilitarán emprender una formación continua a lo largo del desempeño laboral. De esta manera de pone de manifiesto que las propuestas de estas agencias entran en una gran contradicción, propia de su lógica economicista
¿PROFESIONALES O TRABAJADORES DE LA EDUCACIÓN?
No se puede dejar de aclarar que el discurso de la profesionalización ha estado en pugna con el del docente entendido como trabajador de la educación, éste último sustentado fundamentalmente por las asociaciones gremiales a partir de la década del 70. Se reivindica la categoría de “trabajador de la educación” para los docentes, identificando la lucha de éstos con las luchas de los trabajadores como conjunto de clase asalariada. De esta manera,
“...el énfasis puesto en la condición de trabajador asalariado constituye un freno a toda pretensión de exigir al docente prestaciones que vayan más allá de lo explícitamente establecido en el estatuto del docente y la convención colectiva de trabajo... Desde entonces, el anti profesionalismo es una posición de lucha ya instalada en el campo del gremialismo docente argentino, posición que se renueva toda vez que desde el campo del Estado se reiteran proyectos de profesionalización del magisterio de educación general básica” (Tenti Fanfani, 1995 :19).
Estos dos polos de la discusión: trabajador-profesional, han ido tomando distinta fuerza con el paso de los años y en relación a contextos socio-políticos más favorables a una u otra idea. Podríamos, quizás, decir que la idea del trabajador tomó más auge durante el período 1973-76 y desde 1983 a 1988. A partir de allí comienza a instalarse nuevamente con fuerza la idea de la profesionalización, impulsada fundamentalmente desde los organismos internacionales: se impulsa el discurso y se lo acompaña con medidas directas como créditos para financiar políticas y programas en este sentido.








By: Cadena Hernández Sulamita

       Ochoa Rodríguez Isaura



IMPORTANCIA DE LA FORMACIÓN DOCENTE EN LA ACTUALIDAD



Actualmente la educación ha sufrido transformaciones y reformas en sus planes y programas, siendo más exigentes para adentrarse a la nueva sociedad del conocimiento y donde precisamente la educación exige estudiantes con competencias sólidas para su ejecución. En este sentido, las escuelas de hoy no sólo preparan para culminar un nivel educativo, sino además deben de preparar a sus estudiantes para el futuro en el que se van a enfrentar de manera que, comprendan los problemas actuales desde una perspectiva objetiva, implementando las competencias adquiridas, por ello, los docentes deben estar actualizándose —en todos los ámbitos— con la finalidad de cumplir los perfiles de egreso que se exigen.
La mayoría de los maestros fueron educados bajo un modelo tradicional, y aunque en la actualidad se habla de constructivismo, se sigue realizando una mezcla de constructivismo con tradicionalismo, pero también está en los docentes la capacidad para realizar cambios acordes a las nuevas reformas y acuerdos. Sin embargo, se debe prestar mucha atención a la aplicación de estrategias y técnicas en el desarrollo de las actividades diarias para el proceso de enseñanza-aprendizaje, tales como: el trabajo colaborativo y no cooperativo —exclusivamente— la participación, el involucramiento de la creatividad, motivación intrínseca, libertad de expresión, uso y empleo de las TIC, análisis, investigación, involucramiento a través de los proyectos y sobretodo ofrecer la confianza para crear ambientes de aprendizaje, esto tal y como lo describe Dean (1993).
El docente actual, debe estar consciente de que pertenece a una sociedad del conocimiento que exige una cantidad de competencias a desarrollar con los estudiantes para poder ampliar las clases y actividades, logrando cambios precisos, como tener claro que son un ejemplo a seguir, por lo que el trabajar y crear ambientes de aprendizajes significativos augura un involucramiento y desarrollo de competencias dentro y fuera de la escuela.
Hoy en día, ese desarrollo de competencias va implícito en el trabajo que realizo día a día, porque más que prepararme con cursos, diplomados, entre otros, es aterrizarlo en la práctica, como docente esa profesionalización va inmersa cuando planeo al involucrar en los contenidos actividades que sean retos, donde el estudiante empleé el razonamiento para la construcción de un pensamiento complejo. Bajo esta perspectiva y como ejemplo personal, he sido evaluada en permanencia como maestra de grupo con el proyecto de enseñanza y de directora con el de gestión, donde me percaté, que debemos tener claro las competencias del docente para poder desempeñar un buen rol en grupo o dirección; por ello en estos proyectos son importante la actualización constante, el trabajo entre pares, colaborativo y la práctica docente.
Como docente, entrego cada semana planeaciones y como directora también las pido, esto con la finalidad de dosificar contenidos acordes al grupo, bloque y conocer que se trabajará en la semana para tener un panorama de los aprendizajes esperados a cumplir y precisamente esta elaboración de la planeación debe ser basada en las competencias que debemos tener como docentes.
Además, es tarea del docente que dentro de estos cambios inspiren y enlace contenidos hacia una visión compleja que conlleva a una educación integral, considerando que la mejor manera de transformar a la sociedad es, sin duda, a través de la formación, donde construya una nueva forma de hacer teoría del conocimiento acorde a la nueva educación, ciencia y filosofía que se requiere para transformar la sociedad con el involucramiento de todos los actores de la educación.
En la práctica docente diaria, los maestros deben implementar estrategias con actividades como por ejemplo: la construcción de la competencia por proyectos, estudio de casos, por transversalidad, por grupos de discusión, paneles, debates, proyectos didácticos, de tal forma que las estrategias lo lleven a resolver y enfrentarse a los problemas reales; que le permitan al estudiante vaya más allá de lo visto en clase (meta cognición) para que su aprendizaje sea significativo, como  el uso organizadores gráficos, trabajo entre pares, auto evaluación, ya que las actividades traen consigo un proceso de complejidad de acuerdo a las etapas de desarrollo de los alumnos, por lo que se debe buscar lo mejor para ellos, y eso será a través de los trabajos que desarrolle.
Cuando el docente esté consciente de dichos cambios en la sociedad y educación, logrará una profesionalización y maduración en la forma de actuar y de ser, ya que, muchas de las veces, se enfocan exclusivamente en tratar contenidos del plan y programas, dejando a un lado, el ser. En este mismo sentido, Arredondo (1989) describe que el docente además de ser facilitador también funge el papel de investigador, asesor y guía, señalando que debe indagar respectos de los intereses de los alumnos, el contexto cultural, social y escolar, factores importantes que dicha investigación o reconocimiento permitirá saber que estrategias y/o técnicas se deben aplicar, logrando así que los alumnos cumplan con los aprendizajes esperados.

By: Cadena Hernandez Sulamita 
       Ochoa Rodriguez Isaura
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